¿Cuál será?
Todo depende de nosotros, es decir, de nuestra capacidad de enfrentar los retos a medida que se vayan presentando a nuestra labor pastoral.
Ya no sirve la norma actual de la rutina, basada esencialmente en la sacramentalización y la Religiosidad Popular. La escuela, los medios de comunicación masiva y los amigos de la competencia, cada uno a su modo, se están encargando de despertar a nuestras masas católicas medio o completamente adormecidas.
Nuevas estrategias
Por lo tanto, es necesario buscar nuevas estrategias para que nuestras masas católicas no se dejen confundir y sigan con la fe de sus padres; nuevas estrategias basadas esencialmente en un mejor conocimiento y una mejor vivencia de la fe.
En esto, evidentemente, los amigos de la competencia nos pueden dar una mano en orden a proporcionar a nuestra gente una mejor atención pastoral. Se trata sencillamente de tener un poco de humildad para reconocer y aceptar algunas conquistas, que han logrado realizar, no obstante las enormes dificultades que hoy en día y en todas partes se presenten generalmente al factor religioso.
¿El continente de la esperanza?
¿O de la pesadilla? Todo depende de nuestra manera de reaccionar y enfrentar a tiempo el fenómeno tan extenso de la no creencia y el proselitismo religioso. Si por culpa de nuestra flojera o la ineficiencia de nuestras estructuras pastorales no sabremos hacer frente a las nuevas situaciones que se irán creando, entonces preparémonos para el grande fracaso de un continente, que una vez fue completamente católico y se volvió religiosamente indiferente con una fuerte presencia de las organizaciones proselitistas.
¿O de la pesadilla? Todo depende de nuestra manera de reaccionar y enfrentar a tiempo el fenómeno tan extenso de la no creencia y el proselitismo religioso. Si por culpa de nuestra flojera o la ineficiencia de nuestras estructuras pastorales no sabremos hacer frente a las nuevas situaciones que se irán creando, entonces preparémonos para el grande fracaso de un continente, que una vez fue completamente católico y se volvió religiosamente indiferente con una fuerte presencia de las organizaciones proselitistas.
Si, al contrario, sabremos reaccionar a tiempo, no obstante la fuerte presencia de gente religiosamente indiferente o perteneciente a organizaciones proselitistas, el continente se mantendrá esencialmente católico. Solamente en este caso, y con buena razón, podremos hablar de América Latina como del “Continente de la esperanza”.
¿Cómo veo realmente el futuro del continente?
Negro. En realidad, su reacción es desesperadamente lenta frente al fenómeno de la no creencia y el proselitismo religioso; un continente por lo general muy metido en los problemas de orden social y poco atento a los auténticos valores del espíritu.
Naturalmente, ante estas tristes previsiones, me pregunto: “¿Será propio necesario un fracaso (colapso) tan grande antes de que nuestro aparato ministerial reaccione y tome las previdencias necesarias para evitar un peligro tan inminente y de proporciones tan desastrosas?
Negro. En realidad, su reacción es desesperadamente lenta frente al fenómeno de la no creencia y el proselitismo religioso; un continente por lo general muy metido en los problemas de orden social y poco atento a los auténticos valores del espíritu.
Naturalmente, ante estas tristes previsiones, me pregunto: “¿Será propio necesario un fracaso (colapso) tan grande antes de que nuestro aparato ministerial reaccione y tome las previdencias necesarias para evitar un peligro tan inminente y de proporciones tan desastrosas?
Ni modo. Es un hecho que el clero y la vida consagrada por lo general han perdido el rumbo, puesto que de una parte con los aranceles y de otra con la atención a los más pudientes de la sociedad a ellos les está yendo bastante bien.
¿Y las masas católicas prácticamente abandonadas ante los peligros que, siempre con más virulencia, las están acechando? Mejor cerrar los ojos y no ver nada, mientras la mata siga dando.
PALABRA DE DIOS
“Una noche Pablo tuvo una visión: un macedonio estaba de pié y le suplicaba: “Ven a Macedonia para ayudarnos en nuestra salvación”. Apenas tuvo esa visión, intentamos ir a Macedonia, convencidos de que nos llamaba a anunciarles la Buena Nueva” (Hch 16, 9-10).
“Una noche Pablo tuvo una visión: un macedonio estaba de pié y le suplicaba: “Ven a Macedonia para ayudarnos en nuestra salvación”. Apenas tuvo esa visión, intentamos ir a Macedonia, convencidos de que nos llamaba a anunciarles la Buena Nueva” (Hch 16, 9-10).
TAREA PERSONAL
1. Según tu experiencia, ¿qué opinan los agentes de pastoral acerca del futuro de la Iglesia?
2. Y tú, ¿cómo vislumbras el futuro de tu parroquia?
1. Según tu experiencia, ¿qué opinan los agentes de pastoral acerca del futuro de la Iglesia?
2. Y tú, ¿cómo vislumbras el futuro de tu parroquia?
Por el padre Flaviano Amatulli Valente, fmap
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